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lunes, 30 de noviembre de 2015

El león, Prometeo y el elefante - Esopo



No dejaba un león de quejarse ante Prometeo diciéndole:

-- Tu me hiciste bien fuerte y hermoso, dotado de mandíbulas con buenos colmillos y poderosas garras en las patas, y soy el más dominante de los animales. Sin embargo le tengo un gran temor al gallo.

-- ¿Por qué me acusas tan a la ligera? ¿No estás satisfecho con todas las ventajas físicas que te he dado? Lo que flaquea es tu espíritu. Replicó Prometeo.

Siguió el león deplorando su situación, juzgándose de pusilánime. Decidió entonces poner fin a su vida.

Se encontraba en esta situación cuando llegó el elefante, se saludaron y comenzaron a charlar.

Observó el león que el elefante movía constantemente sus orejas, por lo que le preguntó la causa.

-- ¿Ves ese minúsculo insecto que zumba a mi alrededor?--respondió el elefante --, pues si logra ingresar dentro de mi oído, estoy perdido.

Entonces se dijo el león: ¿No sería insensato dejarme morir, siendo yo mucho más fuerte y poderoso que el elefante, así como mucho más fuerte y poderoso es el gallo con el mosquito?

Moraleja: 
Muchas veces, muy pequeñas molestias nos hacen olvidar las grandezas que poseemos.



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domingo, 29 de noviembre de 2015

El león, la zorra y el asno - Esopo



El león, la zorra y el siempre ingenuo asno se asociaron para ir de caza.

Cuando ya tuvieron bastante, dijo el león al asno que repartiera entre los tres el botín. Hizo el asno tres partes iguales y le pidió al león que escogiera la suya.

Indignado por haber hecho las tres partes iguales, saltó sobre él y lo devoró. Entonces pidió a la zorra que fuera ella quien repartiera.

La zorra hizo un montón de casi todo, dejando en el otro grupo sólo unas piltrafas. Llamó al león para que escogiera de nuevo.

Al ver aquello, le preguntó el león que quien le había enseñado a repartir tan bien.

-- ¡Pues el asno, señor, el asno!

Moraleja:

Siempre es bueno no despreciar el error ajeno y más bien aprender de él.


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viernes, 27 de noviembre de 2015

El león y el asno presuntuoso - Esopo



De nuevo se hicieron amigos el ingenuo asno y el león para salir de caza. Llegaron a una cueva donde se refugiaban unas cabras monteses, y el león se quedó a guardar la salida, mientras el asno entraba a a la cueva coceando y rebuznando, para hacer salir a las cabras.

Una vez terminada la acción, salió el asno de la cueva y le preguntó si no le había parecido excelente su actuación al haber luchado con tanta bravura para expulsar a las cabras.

-- ¡Oh sí, soberbia -- repuso el león, que hasta yo mismo me hubiera asustado si no supiera de quien se trataba!

Moraleja:

Si te alabas a ti mismo, serás simplemente objeto de la burla, sobre todo de los que mejor te conocen.


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jueves, 26 de noviembre de 2015

El león y el asno ingenuo - Esopo



Se juntaron el león y el asno para cazar animales salvajes. El león utilizaba su fuerza y el asno las coces de sus pies. Una vez que acumularon cierto número de piezas, el león las dividió en tres partes y le dijo al asno:

-- La primera me pertenece por ser el rey; la segunda también es mía por ser tu socio, y sobre la tercera, mejor te vas largando si no quieres que te vaya como a las presas.

Moraleja:

Para que no te pase lo del asno, cuando te asocies, hazlo con socios de igual poder que tú, no con otros todopoderosos.



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miércoles, 25 de noviembre de 2015

El león, la zorra y el lobo - Esopo



Cansado y viejo el rey león se quedó enfermo en su cueva, y los demás animales, excepto la zorra, lo fueron a visitar.

Aprovechando la ocasión de la visita, acusó el lobo a la zorra expresando lo siguiente:

-- Ella no tiene por nuestra alteza ningún respeto, y por eso ni siquiera se ha acercado a saludar o preguntar por su salud.

En ese preciso instante llegó la zorra, justo a tiempo para oír lo dicho por el lobo. Entonces el león, furioso al verla, lanzó un feroz grito contra la zorra; pero ella, pidió la palabra para justificarse, y dijo:

-- Dime, de entre todas las visitas que aquí tenéis, ¿quién te ha dado tan especial servicio como el que he hecho yo, que busqué por todas partes médicos que con su sabiduría te recetaran un remedio ideal para curarte, encontrándolo por fin?

-- ¿Y cuál es ese remedio?, dímelo inmediatamente. -- Ordenó el león.

-- Debes sacrificar a un lobo y ponerte su piel como abrigo -- respondió la zorra.

Inmediatamente el lobo fue condenado a muerte, y la zorra, riéndose exclamó:

-- Al patrón no hay que llevarlo hacia el rencor, sino hacia la benevolencia.

Moraleja:

Quien tiende trampas para los inocentes, es el primero en caer en ellas.



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martes, 24 de noviembre de 2015

El león y el delfín - Esopo



Paseaba un león por una playa y vio a un delfín asomar su cabeza fuera del agua. Le propuso entonces una alianza:

-- Nos conviene unirnos a ambos, siendo tú el rey de los animales del mar y yo el de los terrestres-- le dijo.

Aceptó gustoso el delfín. Y el león, quien desde hacía tiempo se hallaba en guerra contra un loro salvaje, llamó al delfín a que le ayudara. Intentó el delfín salir del agua, mas no lo consiguió, por lo que el león lo acusó de traidor.

-- ¡No soy yo el culpable ni a quien debes acusar, sino a la Naturaleza -- respondió el delfín --, porque ella es quien me hizo acuático y no me permite pasar a la tierra!

Moraleja:

Cuando busques alianzas, fíjate que tus aliados estén en verdad capacitados de unirte a ti en lo pactado.


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lunes, 23 de noviembre de 2015

El león y el jabalí - Esopo


 


Durante el verano, cuando con el calor aumenta la sed, acudieron a beber a una misma fuente un león y un jabalí.

Discutieron sobre quien debería ser el primero en beber, y de la discusión pasaron a una feroz lucha a muerte.

Pero, en un momento de descanso, vieron una nube de aves rapaces en espera de algún vencido para devorarlo.

Entonces, recapacitando, se dijeron:

-- ¡Más vale que seamos amigos y no pasto de los buitres y cuervos!

Moraleja:

Las luchas inútiles sólo sirven para enriquecer y alimentar a sus espectadores.


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domingo, 22 de noviembre de 2015

El león y la liebre - Esopo



Sorprendió un león a una liebre que dormía tranquilamente. Pero cuando estaba a punto de devorarla, vio pasar a un ciervo. Dejó entonces a la liebre por perseguir al ciervo.

Despertó la liebre ante los ruidos de la persecución, y no esperando más, emprendió su huída.

Mientras tanto el león, que no pudo dar alcance al ciervo, ya cansado, regresó a tomar la liebre y se encontró con que también había buscado su camino a salvo.

Entonces se dijo el león:

 Bien me lo merezco, pues teniendo ya una presa en mis manos, la dejé para ir tras la esperanza de obtener una mayor.

Moraleja:

Si tienes en tus manos un pequeño beneficio, cuando busques uno mayor, no abandones el pequeño que ya tienes, hasta tanto no tengas realmente en tus manos el mayor.


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sábado, 21 de noviembre de 2015

El león, la zorra y el ciervo - Esopo



Habiéndose enfermado el león, se tumbó en una cueva, diciéndole a la zorra, a la que estimaba mucho y con quien tenía muy buena amistad:

 Si quieres ayudarme a curarme y que siga vivo, seduce con tu astucia al ciervo y tráelo acá, pues estoy antojado de sus carnes.

 Vengo a darte una excelente noticia. Como sabes, el león, nuestro rey, es mi vecino; pero resulta que ha enfermado y está muy grave. Me preguntaba qué animal podría sustituirlo como rey después de su muerte. Y me comentaba: "el jabalí no, pues no es muy inteligente; el oso es muy torpe; la pantera muy temperamental; el tigre es un fanfarrón; creo que el ciervo es el más digno de reinar, pues es esbelto, de larga vida, y temido por las serpientes por sus cuernos." Pero para qué te cuento más, está decidido que serás el rey. ¿Y que me darás por habértelo anunciado de primero? Contéstame, que tengo prisa y temo que me llame, pues yo soy su consejero. Pero si quieres oír a un experimentado, te aconsejo que me sigas y acompañes fielmente al león hasta su muerte.

Terminó de hablar la zorra, y el ciervo, lleno de vanidad con aquellas palabras, caminó decidido a la cueva sin sospechar lo que ocurriría.

Al verlo, el león se le abalanzó, pero sólo logró rasparle las orejas. El ciervo, asustado, huyó velozmente hacia el bosque.

La zorra se golpeaba sus patas al ver perdida su partida. Y el león lanzaba fuertes gritos, estimulado por su hambre y la pena. Suplicó a la zorra que lo intentara de nuevo. Y dijo la zorra:

 Es algo penoso y difícil, pero lo intentaré.

Salió de la cueva y siguió las huellas del ciervo hasta encontrarlo reponiendo sus fuerzas.

Viéndola el ciervo, encolerizado y listo para atacarla, le dijo:

¡Zorra miserable, no vengas a engañarme! ¡Si das un paso más, cuéntate como muerta! Busca a otros que no sepan de ti, háblales bonito y súbeles los humos prometiéndoles el trono, pero ya no más a mí.

Mas la astuta zorra le replicó:

 Pero señor ciervo, no seas tan flojo y cobarde. No desconfíes de nosotros que somos tus amigos. El león, al tomar tu oreja, sólo quería decirte en secreto sus consejos e instrucciones de cómo gobernar, y tú ni siquiera tienes paciencia para un simple arañazo de un viejo enfermo. Ahora está furioso contra ti y está pensando en hacer rey al intrépido lobo. ¡Pobre!, ¡todo lo que sufre por ser el amo! Ven conmigo, que nada tienes que temer, pero eso sí, sé humilde como un cordero. Te juro por toda esta selva que no debes temer nada del león. Y en cuanto a mí, sólo pretendo servirte.

Y engañado de nuevo, salió el ciervo hacia la cueva. No había más que entrado, cuando ya el león vio plenamente saciado su antojo, procurando no dejar ni recuerdo del ciervo. Sin embargo cayó el corazón al suelo, y lo tomó la zorra a escondidas, como pago a sus gestiones. Y el león buscando el faltante corazón preguntó a la zorra por él. Le contestó la zorra:

 Ese ciervo ingenuo no tenía corazón, ni lo busques. ¿Qué clase de corazón podría tener un ciervo que vino dos veces a la casa y a las garras del león?

Moraleja:

Nunca permitas que el ansia de honores perturbe tu buen juicio, para que no seas atrapado por el peligro.


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viernes, 20 de noviembre de 2015

El león enamorado de la hija del labrador - Esopo



Se había enamorado un león de la hija de un labrador y la pidió en matrimonio.

Y no podía el labrador decidirse a dar su hija a tan feroz animal, ni negársela por el temor que le inspiraba.

Entonces ideó lo siguiente: como el león no dejaba de insistirle, le dijo que le parecía digno para ser esposo de su hija, pero que al menos debería cumplir con la siguiente condición: Que se arrancara los dientes y se cortara sus uñas, porque eso era lo que atemorizaba a su hija.

El león aceptó los sacrificios porque en verdad la amaba.

Una vez que el león cumplió lo solicitado, cuando volvió a presentarse ya sin sus poderes, el labrador lleno de desprecio por él, lo despidió sin piedad a golpes.

Moraleja:

Nunca te fíes demasiado como para despojarte de tus propias defensas, pues fácilmente serás vencido por los que antes te respetaban.


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jueves, 19 de noviembre de 2015

El león apresado por el labrador - Esopo



Entró un león en la cuadra de un labrador, y éste, queriendo cogerlo, cerró la puerta. El león, al ver que no podía salir, empezó a devorar primero a los carneros, y luego a los bueyes.

Entonces el labrador, temiendo por su propia vida, abrió la puerta.

Se fue el león, y la esposa del labrador, al oírlo quejarse le dijo:

-- Tienes lo que buscaste, pues ¿por qué has tratado de encerrar a una fiera que más bien debías de mantener alejada?

Moraleja:

Si te metes a competir con los más poderosos, prepárate antes muy bien. De lo contrario saldrás malherido de la contienda.


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miércoles, 18 de noviembre de 2015

El buen rey león - Esopo



Había un león que no era enojoso, ni cruel, ni violento, sino tratable y justo como una buena criatura, que llegó a ser el rey.

La tímida liebre dijo entonces:

-- He anhelado ardorosamente ver llegar este día, a fin de que los débiles seamos respetados con justicia por los más fuertes.

E inmediatamente corrió lo mejor que pudo.

Moraleja:

Cuando en un Estado se practica la justicia, los humildes pueden vivir tranquilos..., pero no deben detenerse.



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martes, 17 de noviembre de 2015

El león y el mosquito volador - Esopo



Un mosquito se acercó a un león y le dijo:

-- No te temo, y además, no eres más fuerte que yo. Si crees lo contrario, demuéstramelo. ¿Que arañas con tus garras y muerdes con tus dientes? ¡Eso también lo hace una mujer defendiéndose de un ladrón! Yo soy más fuerte que tú, y si quieres, ahora mismo te desafío a combate.

Y haciendo sonar su zumbido, cayó el mosquito sobre el león, picándole repetidamente alrededor de la nariz, donde no tiene pelo.

El león empezó a arañarse con sus propias garras, hasta que renunció al combate. El mosquito victorioso hizo sonar de nuevo su zumbido; y sin darse cuenta, de tanta alegría, fue a enredarse en una tela de araña.

Al tiempo que era devorado por la araña, se lamentaba que él, que luchaba contra los más poderosos venciéndolos, fuese a perecer a manos de un insignificante animal, la araña.

Moraleja:

No importa lo grandes que sean los éxitos en tu vida, cuida siempre que la dicha por haber obtenido uno de ellos, no lo arruine todo.


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lunes, 16 de noviembre de 2015

El león y los tres bueyes - Esopo



Pastaban juntos siempre tres bueyes.

Un león quería devorarlos, pero el estar juntos los tres bueyes le impedía hacerlo, pues el luchar contra los tres a la vez lo ponía en desventaja.

Entonces con astucia recurrió a enojarlos entre sí con pérfidas patrañas, separándolos a unos de los otros.

Y así, al no estar ya unidos, los devoró tranquilamente, uno a uno.

Moraleja:

Si permites que deshagan tu unidad con los tuyos, más fácil será que te dañen.


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domingo, 15 de noviembre de 2015

El león y el boyero - Esopo



Un boyero que apacentaba un hato de bueyes perdió un ternero. Lo buscó, recorriendo los alrededores sin encontrarlo. Entonces prometió a Zeus sacrificarle un cabrito si descubría quien se lo había robado.

Entró de inmediato al bosque y vio a un león comiéndose al ternero. Levantó aterrado las manos al cielo gritando:

- ¡Oh grandioso Zeus, antes te prometí inmolarte un cabrito si encontraba al ladrón; pero ahora te prometo sacrificar un toro si consigo no caer en las garras del ladrón!

Moraleja:

Cuando busques una solución, ten presente que al encontrarla, ésta a su vez puede convertirse en el siguiente problema.


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sábado, 14 de noviembre de 2015

La rana gritona y el león - Esopo



Oyó una vez un león el croar de una rana, y se volvió hacia donde venía el sonido, pensando que era de algún animal muy importante.

Esperó y observó con atención un tiempo, y cuando vio a la rana que salía del pantano, se le acercó y la aplastó diciendo:

 ¡Tú, tan pequeña y lanzando esos tremendos gritos!

Moraleja:

Quien mucho habla, poco es lo que dice.


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viernes, 13 de noviembre de 2015

La rana que decía ser médico y la zorra - Esopo



Gritaba un día una rana desde su pantano a los demás animales:

-- ¡Soy médico y conozco muy bien todos los remedios para todos los males!

La oyó una zorra y le reclamó:

-- ¿Cómo te atreves a anunciar ayudar a los demás, cuando tú misma cojeas y no te sabes curar?

Moraleja:

Nunca proclames ser lo que no puedes demostrar con el ejemplo.



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