.




viernes, 31 de marzo de 2017

El camello bailarín



Un camello bailaba y bailaba obligado por su dueño, mientras pensaba entristecido:

“¡Vaya suerte del destino! Además de que camino despojado de toda gracia, también tengo que bailar con igual desacierto”.

Moraleja:
Es mejor hacer aquello que realmente se nos da bien.



miércoles, 29 de marzo de 2017

El pastor mentiroso



“¡Viene el lobo! ¡Viene el lobo!”, gritaba el pastorcillo bajando la colina a toda velocidad. Enseguida, los habitantes del pueblo se armaron con hachas y mazos para enfrentar al animal, pero pronto quedaron indignados al ver que el pastor se deshacía entre risas y burlas. Al día siguiente, el joven decidió repetir la broma. Nuevamente, los habitantes del pueblo se armaron hasta los dientes, y nuevamente quedaron en ridículo al ver al pastor ahogado en risas. Sin embargo, un buen día, el lobo sí apareció, y aunque el pastorcillo gritaba espantado con la bestia a sus espaldas, nadie se inmutó ni salió a defenderlo.

Moraleja:
Después de muchas mentiras, la verdad ya no es válida.



sábado, 25 de marzo de 2017

El camello, el elefante y el mono



Cuando el león murió, los animales decidieron buscar un nuevo rey. El camello y el elefante, enseguida comenzaron a discutir entre ellos por hacerse con el trono, pero el mono les dijo: “Tú, camello, bien poco sirves porque no ayudas a los indefensos, y en cuanto a ti, elefante, tampoco podrías ser rey porque le temes al marrano”.

Moraleja
La fortaleza se mide con nuestras debilidades.



jueves, 23 de marzo de 2017

El castor



En la antigüedad el castor era muy codiciado por los hombres, pues según cuentan, sus partes eran utilizadas para la cura de enfermedades. Sin embargo, cuando los cazadores se internan en los pantanos en busca de estos animalitos, ellos corren con toda la velocidad de sus patas para ponerse a salvo, y cuando no logran escapar y los hombres los rodean, son capaces de cortarse sus partes valiosas y desprenderse de ellas con tal de permanecer con vida.

Moraleja:
En algunas ocasiones, un mal menor puede llevarnos a un bien mayor.



martes, 21 de marzo de 2017

El Cazador y el pescador



Un cazador regresaba a casa cargado con sus productos, cuando de repente se topó con un pescador que igualmente, llevaba sus cestas llenas de pescado.

Entonces, el cazador quiso tener los peces del pescador, y éste quiso también tener las carnes del cazador. Sin mucha dilación, los dos hombres intercambiaron el fruto de su trabajo y tan satisfechos quedaron con el trato que lo repitieron una y otra vez durante varias semanas.

Sin embargo, un anciano que los observaba desde el primer día se les acercó una tarde y les dijo: “Tal intercambio, pronto dejará de serlo, y no tardará el momento en que ustedes dos deseen quedarse con lo que obtuvieron”.

Moraleja
Alterna tus gozos y los vivirás mejor.



domingo, 19 de marzo de 2017

El oso y el floricultor



Un oso y un floricultor vivían en la más absoluta soledad.

Un día salieron a caminar cada uno por su lado, para ver si encontraban a alguien que les hiciese compañía

Así, se encontraron y aunque la primera reacción fue temerse, tal como dicta la naturaleza, decidieron entablar una amistad para hacerse mutua compañía.

Todo funcionó de maravilla por algunos días. El oso cazaba para los dos, y el hombre se encargaba de conversar lo suficiente y trabajar para hacer las jornadas animadas.

Sin embargo, un día el hombre dormía profundamente y una mosca perturbaba su sueño. Molesto por la afrenta del minúsculo animal para con su amigo, el oso dio un terrible zarpazo al bicho, que estaba posado en el rostro del hombre. Con ello dio muerte a la mosca, pero también al pobre floricultor, cuya soledad lo llevó a obviar que vale más un enemigo listo, que un amigo torpe.



viernes, 17 de marzo de 2017

Los lobos y los perros



Los lobos y los perros se llevaban muy mal entre ellos. Los primeros vivían para hostigar los rebaños del hombre, y los segundos para protegerlos.

Un día, los lobos dijeron a los perros:

-Somos muy parecidos. Entonces, ¿por qué en vez de pelearnos no nos ayudamos?

-¿Cómo así?-preguntaron los canes domésticos.

-Miren-explicaron los salvajes, -la única diferencia que nos separa es que nosotros somos libres y ustedes viven en cautiverio, para servir al hombre, proteger sus rebaños, aguantar sus órdenes y conformarse con los huesos que les dan, mientras ellos disfrutan de la jugosa carne. Por eso les proponemos aliarnos todos. Nos dejan entrar a los rebaños, y nosotros compartiremos el botín con ustedes.

Luego de la explicación de los lobos, los perros reflexionaron por unos segundos y accedieron.

Mas cuando los salvajes entraron a los establos y rebaños, lo primero que hicieron fue matar a los perros y luego se llevaron tanta carne como pudieron.

Maltrechos y a punto de morir, todos los perros comprendieron que habían sido engañados.

Se habían dejado llevar por cantos de sirena, pasando por alto aquello que dice que nunca se puede traicionar a los que realmente nos ayudan y confían en nosotros.



martes, 14 de marzo de 2017

Los cuatro novillos y el león



Había una vez cuatro novillos que siempre andaban juntos. Eran muy buenos amigos y su férrea unidad los hacía fuertes y los protegía de posibles depredadores que merodeaban por el área.

Uno de estos últimos era el león, que temía a los novillos porque sabía que nada podía hacer contra cuatro de ellos.

Sin embargo, un día el león se levantó más listo que nunca y pensó que si dividía a los amigos, podría enfrentarlos uno por uno, vencerlos y devorarlos.

Así, se dio a la tarea y comenzó a instigar de lejos la desunión, diciendo ofensas a cada uno de los novillos, despertando la envidia entre ellos y poniéndolos en contra, los unos a los otros.

No tardó el depredador en conseguir sus objetivos. Logró que cada novillo se sintiese mal con sus amigos y los fue matando uno por uno.

Segundos antes de morir, cada novillo comprendió el secreto de su otrora fuerza, que mantenía alejado el peligro: la amistad y la unión.

Se dejaron llevar por bajas pasiones y como consecuencia perdieron su poderoso escudo.



domingo, 12 de marzo de 2017

Las dos amiguitas



Había una vez dos avestruces que eran muy amigas.

Sin embargo, contrario a su rutina habitual, decidieron jugar un poco para divertirse, lo cual ocasionó una seria discusión entre ellas, pues ambas querían ser la que impusiera el juego.

-Jugaremos a lo que yo diga –decía una.

-No, es a mí a quien corresponde ese derecho –ripostaba la otra.

Así, ninguna de las dos cedía hasta que ciertamente riñeron con fuerza, enemistándose por muchos días.

Pasada la euforia del desencuentro, los avestruces decidieron hacer las paces y dialogar sobre lo que había pasado. Civilizadamente y conversando, coincidieron en que la decisión del juego a seguir la alternarían por día, de forma que las dos tuviesen los mismos derechos y deberes.

De esta manera no riñeron nunca más, y cuentan quienes las ven que todos los días juegan amistosamente.



viernes, 10 de marzo de 2017

Los dos enemigos



Dos enemigos viajaban en un mismo barco. Se odiaban profundamente, por lo que uno iba en la popa mientras el otro estaba en la proa.

De repente y contra todo pronóstico se formó una fuerte tormenta que irremediablemente haría sucumbir la nave. Consternado, el hombre que iba en la popa preguntó al capitán: -¿Sabe usted que parte se hundirá primero?

A lo que el aludido respondió: Suele hundirse siempre primero la proa y luego el resto del barco.

-Entonces moriré feliz, pues veré a mi enemigo sucumbir antes que yo –ripostó el hombre de popa.

Esto molestó mucho al capitán, que no podía comprender cómo existen hombres mezquinos, que prefieren disfrutar del sufrimiento de otros, aunque los odien, antes que preocuparse por su propia estabilidad.


MARCOS PHOTOSCAPE
PHOTOSHOP Y GIMP
FONDO TRANSPARENTE
PARA PONER IMAGEN

Para verlos a mayor tamaño,
haz click con el ratón sobre el marco.
Después click derecho sobre la imagen y "guardar como" en una de tus carpetas.


miércoles, 8 de marzo de 2017

Los dos viajeros y el oso



Dos amigos iban caminando por el bosque cuando de pronto se les apareció un oso.

Uno reaccionó inmediatamente y subió a lo más alto de un árbol, lejos del alcance del depredador. El otro, sin tiempo para huir, apostó por tirarse en el suelo y fingir estar muerto.

A este último se acercó el oso, quien lo olió durante unos segundos y se detuvo cerca del oído del hombre, como si le estuviese diciendo algo. Realmente el oso olía con determinación, para ver si el hombre estaba vivo. Pero resulta que este contenía su respiración, pues había oído decir muchas veces que los osos no tocan a los cadáveres.

Cuando el oso se marchó, el primero de los hombres bajó del árbol y tras comprobar que su compañero estaba bien le preguntó qué le había dicho el oso.

Este, sin dudarlo, le dijo que el oso le aconsejó no viajar más en el futuro con supuestos amigos que huyen siempre del peligro, abandonando a los demás.



lunes, 6 de marzo de 2017

Las patas de un elefante



Los animales de la selva que tomaban clases estaban sorprendidos con la irrupción de un nuevo alumno en el aula: el elefante.

Era tan grande ese animal, sobre todo sus patas, que la mayor parte de ellos creyeron que debía ser realmente torpe y que no podría ni escribir su nombre. ¿Cómo agarraría el lápiz para escribir teniendo tamañas extremidades?

Este pensamiento común provocó la risa y las burlas de todos. Sin embargo, apenas el profesor comenzó su habitual dictado, todos quedaron maravillados al comprobar la destreza con la que el elefante manejaba el lápiz.

Se valía para ello de su trompa y demostró al final ser el más hábil de todos los animales, a pesar de sus grandes patas.



sábado, 4 de marzo de 2017

La liebre y las ranas



Érase una vez una liebre que vivía apesadumbrada por ser un animal tan tímido y miedoso.

Creía que le había tocado ser muy desgraciada, pues siempre, ante el mínimo ruido o batir del viento, sentía un profundo temor y corría a guarecerse en su madriguera.

Esta combinación de timidez y miedo la tenía muy harta, pero al final no tenía valor para hacer nada más y el pesar seguía haciendo mella en su vida.

Un día como otro cualquiera salió a dar un pequeño paseo, sin alejarse mucho de su refugio, y ante un ruido extraño corrió como de costumbre a guarecerse. Tal velocidad desarrolló que no se percató que iba directo a un charco de ranas, hasta que al final lo pisó.

Las habitantes de la charca se asustaron mucho y corrieron despavoridas ante la irrupción de la liebre, que ya en su escondite, y llena de arrepentimiento por asustar a otros animales, comprendió que no era la única que experimentaba miedo ante determinados sucesos de la vida.



jueves, 2 de marzo de 2017

La cigarra y la hormiga



Había una vez una cigarra y una hormiga que reaccionaron distintamente al verano.

La primera se propuso disfrutar de lo lindo de la agradable estación, y en tal sentido se la pasaba jugando, riendo, cantando y descansando, mientras que la segunda trabajaba arduamente, acumulando provisiones para tiempos más duros.

Cada día del período estival era lo mismo. La cigarra disfrutaba y la hormiga trabajaba.

Sin embargo, las estaciones se suceden unas a otras y el verano fue dando paso al otoño, cuando la vegetación cede y los alimentos que la primavera y el verano ponen a disposición de todos empiezan a escasear.

Poco a poco esto fue ocurriendo, pero para cuando la juguetona cigarra se dio cuenta, ya era muy tarde; no le quedaba alimento alguno.

Entonces recordó que la hormiga se había aprovisionado bien para las estaciones duras y le pidió que le dejara acompañarla y disfrutar de sus provisiones. Molesta por el descaro, la hormiga le reprochó a la cigarra y le dijo:

-Acaso no viste cuán duro trabajé mientras tú solo jugabas y reías. ¿Cómo te atreves a pedirme tal cosa? Además, en mi casa no hay sitio para ti como bien puedes ver por el tamaño.

De esta forma la cigarra comprendió lo tonta que había sido. Su actitud perezosa y su falta de previsión le impedirían pasar felizmente el otoño y el invierno, para los que aún no tenía un refugio seguro.