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miércoles, 27 de marzo de 2019

Esopo y el borrico



Al buen Esopo díole un Borrico:
—Por quien soy te suplico,
si en algún cuentecillo rne introduces,
que pongas, como debes, en mi labio
"cordura, discreción, lenguaje sabio.
Esopo respondió: —Yo bien podría
fingirte bestia de talento y luces;
pero a! ver el solemne desatino,
todo el mundo a una voz nos llamaría,
el filósofo a ti, y a mí el pollino.
Es alabar a un necio
locura digna de común desprecio.



martes, 12 de marzo de 2019

El ruiseñor y la Calandria



Poeta campanudo, que te pierdes
allá por las fantásticas alturas,
sin efue en tu vuelo rápido te acuerdes
de que al pobre lector dejas a obscuras,
a ti con las palabras me dirijo
que el ruiseñor a la calandria dijo:
—¿Par a qué tan arriba te levantas?
¿Quiere s que no se entienda lo que cantas?



sábado, 9 de marzo de 2019

Júpiter y la oveja



Tanlos y íales
hicieron pasar las fieras
al más inocente bruto,
a la pacífica Oveja,
que a Júpiter hubo al cabo
de pedir que discurriera
cómo buscaba camino
para aliviar sus miserias.
Júpiter le dijo:—Veo,
y harto de verlo me pesa,
mansa criatura mía,
que te he dejado indefensa.
Para suplir esta falta,
elige el medio que quieras:
las armas que más te agrade
te dará mi omnipotencia.
¿Quiere s que dientes agudos
en tus mandíbula s crezcan,
O "yue tus pies se revistan
de fuertes garras que hieran?
-~No quisiera yo, señor
(respondió la pretendienía),
cosa que me asemejara
a la raza carnicera.
—¿Será mejor que introduzca
mortal veneno en tu lengua?
—No, que me aborrecerán
lo mismo que a las culebras.
—¿Quieres que te arme de cuernos
y a lu frente dé más fuerza?
—No, que entonces, como el chivo,
no me hartar é de pendencias,
—Pues, hija, yo sólo puedo
salvarte de una manera:
para que no te hagan daño,
preciso es que hacerlo puedas.
—¿Preciso? (la oveja exclama,
dando un suspiro de pena):
prefiero entonces a todo
mi flaca naturaleza.
La facultad de dañar
gana de daña r despierta,
y por no hacer sinrazones,
vale más el padecerlas.
Júpiter enternecido
bendijo a la mansa bestia,
y ella no volvió jamás
a pronunciar una queja.



lunes, 4 de marzo de 2019

El cangrejo



Resto de una comida,
que orilla de un arroyo fué servida,
quedó sobre las hierbas arrojado
el conchudo cadáver de un cangrejo,
lo mismo que la grana colorado;
miraban y admiraban reflexivos
otros cangrejos vivos
aquel tinte magnífico bermejo,
y cada cual de su interior exhala
esta loca expresión:—¡Hermosa gala!
¡Quién el secreto raro poseyera
de poderse pintar de igual manera!
Oyendo la ocurrencia peregrina,
dijoles un ratón, docto en cocina:
—Para adquirir matices tan brillantes,
no hay otro medio que coceros antes.
Caro fuera el antojo:
cuesta sobrado el uniforme rojo.
Quien envidie la fama esclarecida
que a los varones célebres rodea,
tome su historia y vea
¡cuánto dolor acibaró su vida!