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miércoles, 18 de julio de 2018

Orfeo y su triste final



Cuenta la leyenda que un día Zeus,dios supremo del Olimpo, dijo:

-Mi hijo Dionisio (Baco) merece ser nombrado dios por haber inventado un manjar tan especial como es el vino y lo elevó al rango de dios...

Orfeo se negó a adorarlo como dios diciendo:

- Dionisio no puede ser dios. Es un mal ejemplo para los mortales ya que está borracho la mayor parte del día. Me niego a ofrecerle sacrificios a un borracho.

Cuando Dionisio escuchó el comentario se enojó tanto que envió a un grupo de Ménades a perseguirlo para que le dieran caza y lo mataran.

Éstas ménades eran mujeres que estaban extasiadas de una locura mística que les infundía el Dios Baco y que en ese trance eran capaces de hacer cualquier cosa que les pidiera.

Cuando las Ménades lo encontraron, Orfeo estaba plácidamente dormido junto a su lira, si hubiera estado despierto tocando su lira ellas habrían quedado encantadas por su música y no habría sufrido daño, pero tanto huir lo había dejado agotado...

Entonces, las Ménades, le cortaron la cabeza y la arrojaron a un río cercano. Luego cortaron el resto del cuerpo en pedacitos.

Las Musas encontraron los trozos de Orfeo y apenadas por la triste desaparición del músico, los enterraron a los pies del monte Olimpo, donde los ruiseñores entonaron de allí en más dulcísimos cantos.

La cabeza de Orfeo floto río abajo hasta llegar al mar, donde un barco de pescadores la atrapó en sus redes y le dieron sepultura.

Zeus permitió que se pusiera la lira de Orfeo en el cielo, formando la constelación llamada ¨ La Lira¨

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