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miércoles, 28 de noviembre de 2018

El ciervo y la liebre



En un bosque dilatado
grande silencio reinaba,
y un Ciervo que allí emigrado
llegó, dijo consolado:
¡Hallé la paz que buscaba! 

Este silencio no es paz
contestó la liebre triste;
aquí hay un tigre voraz
que arredra hasta al mas audaz
y no hay de miedo quien chiste.

Así pueblos conocemos
donde un tirano opresor
silencio impone, y creemos
que es paz lo que en ellos vemos,
cuando es tan sólo terror.


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