.




miércoles, 30 de septiembre de 2015

Celia y la Mariposa - Jose Joaquín Fernandez de Lizardi



Estaba Celia hemosa
una noche leyendo entretenida,
cuando una Mariposa
entró en el aposento, y, aturdida,
en torno de la luz tanto giraba
que las alas, a veces, se ·quelnaba.

La ve Celia y le dice:
Mariposilla incauta, considera
que, víctima infelice,
morirás en la llama lisonjera
que tanto te apasiona y te provoca.
Desengáñate, pues, y no seas loca.

No te acerques, detente;
huye, que ruina cierta te prepara
a tu vida inocente
esa llama brillante, esa luz clara,
entre cuyos ardientes resplandores
solo hallarás desgracias y dolores.

Esa llama es un fuego
inclemente y voraz; y en trance duro,
por tu apetito ciego,_
te verás, pues deleite
el fuego te parece; mas placeres
hallar en esa lumbre nunca esperes.

Es, como amor, la llama.
Huye, Mariposilla, su presencia.
Mira que Celia ama
y te habla con grandísima experiencia.
Lejos, amor y fuego disimulan
su veneno, de cerca ya no adulan.

Huye, pues, los voraces
incendios que delicias consideras;
huye antes que te abrases; .
admite mi consejo antes que mueras.

¡Oh cuántas mariposas racionales
deben aprovechar avisos tales!


Otros blogs que te pueden interesar.


Image and video hosting by TinyPic

No hay comentarios:

Publicar un comentario