.




jueves, 28 de junio de 2018

El hombre y la hormiga



Cierta vez se hundió un barco con todos sus pasajeros, y un Hombre, que presenció el naufragio desde la orilla, se dijo a si mismo: "¡Qué injusto es el cielo, pues para castigar a un solo pecador, ha hecho sucumbir a muchos inocentes."

Mientras pensaba así, una Hormiga le picó en la pierna, y él, para vengarse, exterminó a todas las que por allí había.

A los pocos segundos, se presentó un Ángel ante él, y tocándole el hombro, le pregunto..:

"¿Aceptarás ahora, que el cielo juzgue a los hombres como tú a las hormigas?"

No reniegues de dios en la desgracia, ni juzgar sus designios pretendas.


lunes, 25 de junio de 2018

El nogal



Un nogal que había crecido al pie de un camino y al cual los caminantes herían a pedradas para tomar sus frutos, dijo para sí suspirando:

-¡Infeliz de mí que todos los años me atraigo injurias y dolores ! -

Nunca seas rudo con quien generosamente te ayuda.





miércoles, 20 de junio de 2018

El pícaro



Se comprometió un pícaro con uno a demostrar que el oráculo de Delfos mentía. Llegó el día señalado; el pícaro cogió un jilguerillo y, lo escondió debajo de su manto y se dirigió al templó. Encarándose con el orácu­lo le preguntó si el objeto que tenía en la mano estaba vivo o era «inanimado». Si el dios decía «inanimado», el pícaro enseñaría el jilguerillo vivo; si decía «vivo», lo presentaría muerto, después de haberle ahogado.

Pero el dios, reconociendo su malvada intención, con­testó :

—Cesa en tu engaño, hombre, pues de ti depende que lo que tienes en la mano esté muerto o vivo.

Enseña esta fábula que la divinidad está a cubierto de cualquier sorpresa.



domingo, 17 de junio de 2018

El náufrago



Viajaba un hombre en una nave con otros pa­sajeros; a causa de una inesperada y violenta tempestad, empezó a hacer agua el navío. Y mientras los demás pa­sajeros trataban de salvarse nadando, el hombre, invocaba a cada instante a la diosa Atenea, le prometía toda clase de ofrendas si lo salvaba.

Uno de los náufragos que nadaba a su lado le dijo:

Pide a Atenea, pero también a tus brazos.

Nosotros invocamos a los dioses, pero no deja­mos de trabajar para salvamos.

Si gracias a nuestro esfuerzo obtenemos la protección de los dioses, estimémonos dichosos.

Caídos en la desgracia, pensemos en nuestro esfuerzo para salir de ella, implorando solamente entonces el auxi­lio de la divinidad.



miércoles, 13 de junio de 2018

Los árboles que querían rey



Decididos un día los árboles a elegir un rey que los gobernara, dijeron al olivo:

-Reina en nosotros. Y el olivo contestó:

-¿Renunciar yo al líquido aceite que tanto aprecian en mí los dioses y los hombres, para ir a reinar entre los árboles?

Y los árboles buscaron a la higuera pidiéndole:

-Ven a reinar entre nosotros.

Y la higuera respondió igualmente:

-¿Renunciar yo a la dulzura de mis frutos para ir a reinar entre vosotros?

Entonces los árboles dijeron al espino:

-Ven a reinar en nosotros.

Y el espino respondió a los árboles:

-Si en verdad queréis ungirme para reinar entre vosotros, venid a poneros bajo mi amparo, o si no que surja el fuego de la espina y devore los cedros del Líbano!

Quien no tiene buenos frutos que dar, dará lo malo que tenga para sufrimiento de los que le rodean.



domingo, 10 de junio de 2018

La gata y afrodita



Enamorada una gata de un hermoso joven, rogó a Afrodita que la convirtiera en mujer. La diosa, compadecida de su pasión, la transformó en una graciosa mu­chacha, y entonces el joven, prendado de ella, la llevó a su casa.

Se encontraban los dos descansando en la alcoba nupcial, quiso saber Afrodita si al cambiar de cuerpo la gata había mudado también de carácter, y soltó un ratón en el centro de la alcoba. Olvidando la gata su condición presente, se levanto del lecho y persiguió al ratón para co­mérselo. Entonces la diosa, indignada contra ella, la volvió a su primer estado.

Enseña está moraleja que los hombres de naturaleza malvada, aunque cambien de estado no modifican su carácter.



jueves, 7 de junio de 2018

El tordo



Un tordo picoteaba los granos de un bosquecillo de mirlos y, complacido por la dulzura de sus pepitas, no se decidía a abandonarlo.

Un cazador de pájaros observó que el tordo se acostumbraba al lugar y lo cazó con liga.

Entonces el tordo, viendo próximo su fin, dijo:

-Desgraciado! ¡Por el placer de comer me he privado de la vida!

Nunca dejes que un momentáneo placer te cierre las puertas de por vida.




sábado, 2 de junio de 2018

El orador Demades



El orador Demades hablaba un día al pueblo de Ate­nas, mas como no prestaban mucha atención a su dis­curso, pidió que le permitieran contar una fábula de Esopo. Concedida la demanda, empezó de este modo:

—Demeter, la golondrina y la anguila viajaban jun­tas un día; llegaron a la orilla de un río; la golondri­na se elevó en el aire, la anguila desapareció en las aguas…y aquí se detuvo el orador.

—¿Y Demeter?—le gritaron— ¿Qué hizo?

—Demeter (diosa de las cosechas) montó en cólera contra vosotros—re­plicó—porque descuidáis los asuntos del Estado para entreteneros con las fábulas de Esopo.

Esto sucede entre los hombres: que no tienen juicio, aquellos que descuidan las cosechas necesarias y prefie­ren las que les proporcionan placer.