Empujada por la necesidad de llevarse algo a la boca, la comadreja se metió en el interior del taller de un herrero. A pesar de que buscó con mucho ahínco algo que aliviara su penosa situación, no consiguió dar con ningún resto de comida dejado en el lugar por el herrero o alguno de sus ayudantes.
Desesperada por conseguir alguna cosa que poder llenar su estómago y el de su familia, rebuscó entre las herramientas, encontrando una lima llena de virutas de madera. Aunque no era nada remotamente parecido a lo que solía comer, la comadreja se puso a lamer la superficie de la lima. Quitada la primera capa de virutas, continuó chupando hasta que su lengua comenzó a frotarse con el frío metal.
Un contacto, que comenzó a herir seriamente su lengua, salpicando la superficie de la lima con su sangre. Al ver que un nuevo alimento aparecía en la lima, la comadreja comenzó a chuparla con más fuerza. Tan fuerte chupó, que cuando se quiso dar cuenta, toda su lengua había desaparecido.
Todo el daño que provoques, más tarde o más temprano te pasará factura.
Otros blogs que te pueden interesar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario