Zeus encargó a Hermes que vertiera a todos los artesanos el veneno de la mentira. Así lo hizo Hermes, machacando el veneno y dividiéndolo en partes iguales.
Mas cuando ya no quedaba más que el zapatero, pero aún tenía mucho veneno, -cogió el mortero y lo volcó todo encima de aquél. Desde entonces todos los artesanos son unos embusteros, pero el zapatero más que ninguno.
Se aplica esta fábula a un hombre que sólo dice mentiras.
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