Cierta vez, estaba una Mosca hambrienta buscando algo que comer, y en su búsqueda, halló una gran olla con deliciosa sopa. Desesperada la Mosca por darse un buen banquete, se lanzó sin mucha demora hacia la misma sopa y al no medir su mala acción, estaba ahogándose. En su pesar, la Mosca solo sinceramente se decía:
"Cielos. Comí, bebí y me bañe. Puede que muera en unos instantes, pero tras todo esto, ya nada me importa."
Al irresponsable no le importa el fracaso, si su llegada a él, le da buenos momentos.
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