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martes, 31 de julio de 2018

Orfeo y Eurídice



Orfeo era hijo de Eagro, Rey de Tracia, y de la musa Calíope, por otros llamada Clío.

Orfeo, además de ser un gran poeta tenia un talento especial para tocar la lira, deleitaba a todos los que lo escuchaban. Dioses , personas o incluso animales, quedaban extasiados con su música. Hasta los árboles y las rocas se movían y cambiaban de lugar sólo para escuchar sus dulces melodías...

Orfeo tuvo muchas amantes, hasta que un día descubrió en el bosque a la Ninfa Eurídice, de la que se quedó prendado con sólo verla reflejada en el agua una vez, después de aquello ninguna mujer tuvo importancia para él, excepto ella...

Con el tiempo logró encontrarla, ella también se enamoró perdidamente de él, decicieron casarse y nunca hubo recién casados más felices que Orfeo y su bella esposa Eurídice.

Un día mientras recorrían el bosque, Eurídice, sin querer, pisó una serpiente venenosa que estaba dormida. La serpiente, furiosa por haber sido despertada tan abruptamente, le mordió el tobillo y Eurídice murió envenenada a los pocos minutos. Orfeo, desesperado por recuperar a su esposa, decidió descender al Tártaro para buscarla y traerla de vuelta a la vida.

Orfeo tomó la lira, y mientras tocaba, encantaba a todos los que se cruzaban en su camino. Hasta el can Cerbero, el perro de tres cabezas custodio del Tártaro, lo seguía como un cachorrito manso.

Orfeo continuó su largo recorrido encantando con su melodía a uno tras otro hasta llegar hasta el mismo trono de Hades, el rey de los muertos, que fascinado por los suaves acordes de la lira, le preguntó:-¿Qué vienes a buscar aquí, Orfeo?

-Quiero a mi esposa Eurídice de vuelta conmigo. Respondió Orfeo.

-¡Ah! Escúchame bien. Dijo Hades-Permitiré que Eurídice regrese contigo con una sola condición: -Deberás caminar sin mirar atrás hasta que llegues a plena luz del sol. Eurídice te seguirá mientras tocas la lira y no sufrirás daño alguno.

Orfeo, feliz comenzó a entonar la más dulce de las melodías mientras Eurídice lo seguía a la distancia. Pero Orféo estaba tan ansioso por volver a verla, que pronto olvidó la condición impuesta por Hades y cuando sólo faltaba que la luz del sol llegará a sus pies, volteó la cabeza para mirarla, perdiendola para siempre viendo como se desvanecía ante sus ojos...


viernes, 27 de julio de 2018

El Rapto de Perséfone



La diosa Deméter tenía una hermosa hija llamada Perséfone. La joven tenía grandes ojos verdes y una cabellera de bucles dorados. Vivía con su madre en el monte Olimpo y de vez en cuando bajaba a los prados a recoger las flores que tan bellas su madre hacía crecer...

Un día, el dios de los muertos, Hades, que vivía en el centro de la tierra, rodeado de tinieblas, se enamoró profundamente de Perséfone.

Como Hades era muy astuto no se animó a acercarse sin antes pedir permiso a Zeus, el más importante de todos los dioses del Olimpo. Zeus, no le contestó ni si ni no, pero le guiñó un ojo. Entonces Hades, trazó un plan para cumplir su deseo.

Un día en el que Perséfone salió a recoger flores, se alejó distraída del grupo de gente que la acompañaba para recoger un precioso narciso. En ese momento la tierra se abrió y de allí surgió el dios de los muertos envuelto en fuego y humo negro. La secuestró y la llevó con él sin dejar ningún rastro. Las amigas no habían visto como Perséfone se había esfumado sin dejar rastro alguno. Así que nada pudieron decirle a Deméter, la madre, que sufrió por la desaparición de su hija.

Deméter, desesperada comenzó a buscarla. Se disfrazó de anciana y comenzó a recorrer toda Grecia buscando alguna pista sobre su hija. Durante nueve días ni comió ni bebió. Cuando los reyes de Eleusis la vieron, le ofrecieron quedarse con ellos en el palacio para cuidar de sus hijos.

Un buen día, el hijo mayor de los reyes le dijo:

-Diosa Deméter, tengo malas noticias: un pastor me contó que vio a un personaje siniestro que envuelto en llamas y humo negro, se llevó a una joven que gritaba muerta de miedo. La tierra se abrió y se los tragó a los dos, desapareciendo ambos en sus entrañas y he pensado que podía tratarse de tu hija Perséfone.

Deméter, reconoció a Hades por la descripción del pastor, pensó que Zeus tenía algo que ver en este asunto y decidió vengarse. Como Deméter era la diosa de la agricultura, recorrió Grecia prohibiendo a los árboles dar fruto, a los pastos crecer y a las semillas germinar. Al poco tiempo el ganado no tenía como alimentarse y comenzó a morir. Si esto continuaba, los hombres pronto morirían también por falta de alimento.
Zeus se asustó y trató de convencerla enviándole riquísimos regalos,joyas y oro, pero Demeter no los aceptó.-No quiero tus regalos. Solo quiero a mi hija Perséfone de vuelta en mi casa.

Zeus, viendo que era imposible convencer a Demeter, llamó a Hermes y lo envió al Tátaro para darle un mensaje al dios Hades.

- Por favor, devuelve a Perséfone o todos estaremos perdidos ya que los humanos están en serio peligro debido a la falta de alimento.

Hades le respondió:

-Sólo puedo enviar a Perséfone de vuelta a su casa, mientras no haya probado el alimento de los muertos.

Perséfone estaba tan triste que se había negado a probar bocado desde el día de su secuestro.

Entonces Hades le dijo:

- Hermosa Perséfone, parece que no eres feliz a mi lado. No has probado bocado desde el día en que llegaste. Cada día estás más delgada y si sigues así pronto morirás. Mejor que vuelvas a tu casa. Pero un jardinero que escuchó la conversación dijo:

-¿Cómo que no ha probado bocado? Yo la vi comer granadas de tu huerto esta mañana.

Hades se sonrió satisfecho. La subió a un carruaje y la llevó junto a su madre, que apenas la vio se abrazó a ella llorando de felicidad.

Pero Hades le dijo:

-Diosa Demeter, tu hija Perséfone ha comido siete granadas de mi huerto, por lo tanto debe regresar al Tártaro conmigo.

Deméter, furiosa respondió:

-Si eso ocurre, jamás levantaré la maldición que pesa sobre la tierra. Todos los hombres y los animales morirán.

Zeus, espantado por la respuesta de Demeter, envió a su esposa Hera a a negociar con los dioses.

Finalmente Deméter aceptó que el príncipe de las tinieblas se casara con Perséfone.

Su hija debía pasar siete meses al año con Hades, un mes por cada granada que comió y cinco meses junto a Deméter, su madre.

Por esa razón la tierra florece y fructifica en primavera y verano, porque es cuando Perséfone visita a su madre y ésta rebosa de alegría...

Sin embargo cuando tiene que volver con Hades de nuevo, Deméter entristece y con la diosa también entristece la tierra, haciendo que llegue el otoño y el frío invierno...

martes, 24 de julio de 2018

El mito de Eco y Narciso



Eco era una ninfa que habitaba en el bosque junto a otras ninfas amigas y le gustaba cazar por lo que era una de las favoritas de la diosa Artemisa...

Pero Eco tenía un grave defecto: Era muy conversadora y además en cualquier conversación o discusión, siempre quería tener la última palabra.

Cierto día, la diosa Hera salió en busca de su marido Zeus, al que le gustaba divertirse entre las ninfas. Cuando Hera llegó al bosque de las ninfas, Eco, la entretuvo con su conversación mientras las ninfas huían del lugar.

Cuando Hera descubrió su trampa la condenó diciendo:- Por haberme engañado y a partir de este momento, pederás el uso de la lengua. Y ya que te gusta tanto tener la última palabra solo podrás responder con la última palabra que escuches ¡Jamás podrás volver a hablar en primer lugar!

Eco, con su maldición a cuestas se dedicó a la cacería recorriendo montes y bosques. Un día vio a un hermoso joven llamado Narciso y se enamoró perdidamente de él. Deseó fervientemente poder conversar con él, pero tenía la palabra vedada. Entonces comenzó a perseguirlo esperando que Narciso le hablara en algún momento.

En cierto momento, en que Narciso estaba solo en el bosque y escuchó un crujir de ramas a sus espaldas y gritó:

-¿Hay alguien aquí?
Eco respondió: -Aquí.
Como Narciso no vio a nadie volvió a gritar: -Ven.
Y Eco contestó: -Ven.
Como nadie se acercaba, Narciso dijo:- ¿Por qué huyes de mí? Unámonos
La ninfa, loca de amor se lanzó entre sus brazos diciendo:- Unámonos
Narciso dio un salto hacia atrás diciendo:- Aléjate de mi! Prefiero morirme a pertenecerte!

Ante el fuerte rechazo de Narciso, Eco sintió una vergüenza tan grande que llorando se recluyó en las cavernas y en los picos de las montañas. La tristeza consumió su cuerpo hasta pulverizarlo. Solo quedó su voz para responder con la última palabra a cualquiera que le hable y por eso desde entonces cuando hablamos en cavernas y montañas escuchamos como ECO nos responde siempre, pero sólo a nuestra última palabra.......

Narciso no solo rechazó a Eco, sino que su crueldad se manifestó también entre otras ninfas que se enamoraron de él. Una de esas ninfas, que había intentado ganar su amor sin lograrlo le suplicó a la diosa Hera que Narciso sintiera algún día lo que era amar sin ser correspondido y la diosa respondió favorablemente a su súplica.

Escondida en el bosque, había una fuente de agua cristalina. Tan clara y mansa era la fuente que parecía un espejo. Un día Narciso se acercó a beber y al ver su propia imagen reflejada pensó que era un espíritu del agua que habitaba en ese lugar. Quedó extasiado al ver ese rostro perfecto. Los rubios cabellos ondulados, el azul profundo de sus ojos y se enamoró perdidamente de esa imagen.Deseó alejarse, pero la atracción que ejercía sobre él era tan fuerte que no lograba separase, sino que por el contrario deseó besar y abrazar con todas sus fuerzas esa imagen que veía. Se había enamorado de si mismo.

Desesperado, Narciso comenzó a hablarle:- ¿Por qué huyes de mí, hermoso espíritu de las aguas? Si sonrío, sonríes. Si estiro mis brazos hacia ti, tú también los estiras. No comprendo.

Todas las ninfas me aman, pero no quieres acercarte.- Mientras hablaba una lágrima cayó de sus ojos. La imagen reflejada se nubló y Narciso suplicó: -Te ruego que te quedes junto a mí. Ya que me resulta imposible tocarte, deja que te contemple.

Narciso continuó prendado de si mismo, ni comía, ni bebía por no apartarse de la imagen que lo enamoraba hasta que terminó consumiéndose y murió.

Las ninfas quisieron darle sepultura, pero no encontraron el cuerpo en ninguna parte. En su lugar apareció una flor hermosa de hojas blancas que para conservar su recuerdo lleva el nombre de Narciso.

sábado, 21 de julio de 2018

La esclava fea y Afrodita



Una esclava fea y mala gozaba del amor de su amo. Con el dinero que éste le daba, la esclava se embellecía con brillantes adornos, rivalizando con su propia señora. Para agradecer a Afrodita que la hiciera bella, le hacía frecuentes sacrificios; pero la diosa se le apareció en sueños y dijo a la esclava:

-No me agradezcas el hacerte bella, si lo hago es porque estoy furiosa contra ese hombre a quien pareces hermosa.

No te ciegues por lo que crees es tu tesoro, no vaya a ser que sólo sea una carencia en tus vecinos.



miércoles, 18 de julio de 2018

Orfeo y su triste final



Cuenta la leyenda que un día Zeus,dios supremo del Olimpo, dijo:

-Mi hijo Dionisio (Baco) merece ser nombrado dios por haber inventado un manjar tan especial como es el vino y lo elevó al rango de dios...

Orfeo se negó a adorarlo como dios diciendo:

- Dionisio no puede ser dios. Es un mal ejemplo para los mortales ya que está borracho la mayor parte del día. Me niego a ofrecerle sacrificios a un borracho.

Cuando Dionisio escuchó el comentario se enojó tanto que envió a un grupo de Ménades a perseguirlo para que le dieran caza y lo mataran.

Éstas ménades eran mujeres que estaban extasiadas de una locura mística que les infundía el Dios Baco y que en ese trance eran capaces de hacer cualquier cosa que les pidiera.

Cuando las Ménades lo encontraron, Orfeo estaba plácidamente dormido junto a su lira, si hubiera estado despierto tocando su lira ellas habrían quedado encantadas por su música y no habría sufrido daño, pero tanto huir lo había dejado agotado...

Entonces, las Ménades, le cortaron la cabeza y la arrojaron a un río cercano. Luego cortaron el resto del cuerpo en pedacitos.

Las Musas encontraron los trozos de Orfeo y apenadas por la triste desaparición del músico, los enterraron a los pies del monte Olimpo, donde los ruiseñores entonaron de allí en más dulcísimos cantos.

La cabeza de Orfeo floto río abajo hasta llegar al mar, donde un barco de pescadores la atrapó en sus redes y le dieron sepultura.

Zeus permitió que se pusiera la lira de Orfeo en el cielo, formando la constelación llamada ¨ La Lira¨

sábado, 14 de julio de 2018

Adonis y el origen de las rosas rojas



Afrodita era amante de Adonis y tomó parte en su nacimiento. Cíniras, el rey de Chipre, tenía una bellísima hija llamada Mirra. Cuando la madre de ésta, cometió pecado contra Afrodita al afirmar que su hija era más bella que la afamada diosa, Mirra fue castigada con una incesante lujuria hacia su propio padre...

Cíniras rechazó esto, pero Mirra se disfrazó de prostituta y durmió secretamente con su padre. Finalmente, Mirra quedó embarazada y fue descubierta por Cíniras. Enfurecido, persiguió a su hija con un cuchillo. Mirra huyó de él, pidiendo misericordia a los dioses. Éstos oyeron su plegaria y la transformaron en un árbol de mirra para que su padre no pudiese matarla. Finalmente, Cíniras se suicidó en un intento por restablecer el honor de familia.

Mirra dio a luz a un bebé llamado Adonis. Afrodita pasaba junto al árbol de mirra cuando vio al bebé y se apiadó de él. Puso a Adonis en una caja y lo llevó al inframundo para que Perséfone cuidase de él. Adonis creció hasta ser un joven increíblemente hermoso.

Afrodita volvió finalmente por él. Sin embargo, Perséfone detestaba darlo por perdido y quería que Adonis permaneciera con ella en el inframundo. Las dos diosas se involucraron en tal disputa que obligó a Zeus a interceder. Éste decretó que Adonis pasase un tercio del año con Afrodita, otro tercio con Perséfone y otro con quien desease. Adonis, por supuesto eligió a Afrodita.

Adonis empieza su año en la tierra con Afrodita.Una de sus mayores pasiones es la caza, y aunque Afrodita no es naturalmente una cazadora, participa para poder estar con Adonis.

Pasan cada hora que están despiertos juntos, y Afrodita queda extasiada con él. Sin embargo, su ansiedad empieza a crecer por sus deberes abandonados, y se ve obligada a dejarlo por un corto tiempo. Antes de marcharse, le da un consejo a Adonis: no atacar a un animal que no demuestre miedo. Adonis acepta el consejo, pero secretamente duda de las habilidades de Afrodita como cazadora, olvidando rápidamente el consejo.

No mucho después de que Afrodita se marche Adonis se encuentra con un enorme jabalí, mucho mayor que todos los que había visto. Se dice que el jabalí era el dios Ares, uno de los amantes de Afrodita que estaba celoso de su continua adoración a Adonis. Adonis sería víctima de los celos del dios Ares.

Adonis hace caso omiso del aviso de Afrodita y persigue a la criatura gigante, pero pronto es Adonis el perseguido, no siendo rival para el jabalí. En el ataque, Adonis es mal herido por éste y sus heridas son tan graves que muere desangrado...

Afrodita corrió apresurádamente a su lado, pero llegó demasiado tarde para salvarlo...

Sólo puede llorar sobre su cuerpo, en el lugar donde murió, ella grita y muestra su cuerpo ensangrentado tendido entre las rosas, al final Afrodita se desmaya.

La sangre de Adonis y las lágrimas de Afrodita convirtieron en rojas las rosas blancas alrededor de ellos y así nacieron por primera vez las rosas rojas, que ya nunca perderían ese color.

Y desde entonces y hasta nuestros días las rosas rojas han sido símbolo de amor entre enamorados y son el recuerdo del gran amor que se tuvieron Afrodita y Adonis.

miércoles, 11 de julio de 2018

La lámpara



Borracha de aceite una lámpara y lanzando una luz poderosa, jactábase de ser más brillante que el sol. Pero en eso sopló un fuerte viento y se apagó enseguida. Alguien volvió a encenderla y le dijo:

-Ilumina, lámpara, pero cállate: el resplandor de los astros nunca se eclipsa tan facilmente como el tuyo.

Nunca nos jactemos como si fuera de nuestra propiedad aquello que no depende de nosotros.



sábado, 7 de julio de 2018

El abeto y el espino



Muy cerca de cierto bosque crecían, casi juntos, un abeto y un espino en perfecta armonía.

Un buen día, rompieron las paces y discutieron como declarados enemigos.

El abeto, en tono despectivo, dijo al espino:

—Mírame, que esbelto, frondoso y alto soy. Con mi madera se techan hermosos templos y se construyen grandes barcos. ¿Cómo, pues, infeliz, pretendes compararte conmigo?

El espino no se acobardó frente a tan repentina provocación y, usando de mucha prudencia, le respondió:

—Amigo, si pensaras en el hacha y la sierra que cercenan y destrozan tus entrañas, sé que desearías tener la estrella del espino.

El soberbio perece, y el humilde permanece.



domingo, 1 de julio de 2018

El mercader



Un hombre elaboró un Hermes en madera y lo llevó a la plaza del mercado para poder venderlo. Al ver que nadie se acerca­ba a comprarlo, se le ocurrió llamar la atención gritando que vendía un dios que otorgaba bondades y beneficios a quien lo tuviera.

Mas uno de los curiosos le dijo:

– Oye, si tantos beneficios hace, ¿por qué lo vendes y no te aprovechas de su ayuda?

– Porque yo —contestó aquél— necesito una ayuda inmediata, y él nunca tiene prisa en conceder sus beneficios.

Habla esta fabula de un hombre que cegado por el interés no le importan nisiquiera los dioses.