Cierta criada la casa barría
con una escoba muy puerca y muy vieja.
«Reniego yo de la escoba -decía-;
con su basura y pedazos que deja
por donde pasa,
aun más ensucia que limpia la casa».
Los remendones que escritos ajenos
corregir piensan, acaso de errores
suelen dejarlos diez veces más llenos...
Mas no haya miedo que de estos señores
diga yo nada.
¡Que se lo diga por mí la criada!
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