Una bruja se hizo famosa por vender fórmulas y remedios mágicos que lograban aliviar la cólera de los dioses. Cientos de personas acudían para comprar sus remedios, pero un buen día la bruja fue acusada y llevada a juicio. Condenada a muerte, las personas gritaban en la calle: “¿Cómo eres capaz de dominar la furia de los dioses y no eres capaz de aplacar la de los hombres?”.
Moraleja:
Son dudosos quienes presumen de cosas maravillosas y no pueden lograr las más elementales.
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