Un niño cogió un gorrión
que halló en el suelo tendido
y en su casa le hizo un nido
con esparto y algodón.
Creció el pájaro, y a fe
que era lindo en demasía,
pero el pobre no sabía
ni aun cantar el mi do re.
Y el niño que lo observó,
dijo para su capote:
-—Este pájaro es un zote,
mas he de avisparle yo,
¿No sabe cantar primores
y sabe comer el maula?
Pues le encerraré en la jaula
de los bellos ruiseñores.—
Y dicho y hecho, al momento
le puso en tal compañía,
y el gorrión ai otro día
cantaba que era un portento.
El niño que lo escuchaba,
satisfecho de esta prueba,
bajó el gorrión a la cueva
donde dos cuervos guardaba.
y esta verdadera historia
dice a seguido renglón
que al otro día el gorrión
graznaba que era una gloria.
De ser malo no se asombre
quien con malos pasa el día.
Buena o mala compañía
hace bueno o malo al hombre.
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